Letras y Voces

 Miradas Refractarias. 17. Gregorio Anduja. 02/06/23. Venezuela. Imagen Red.  NI TAN HERMÉTICO.  Llámote! hazte cuerpo, mística clave inmaterial, de adentrarse,  penetrar, mares subterraneos, invictos de sondas y radares. Donde todo los favores  pregonados a diario,  y redes. Definitivamente, eceptuándote, no le hacen bien a nadie.  La venerada narración, que primician las ondas  inventariadas, franquicias, complices de tonterias; solo son sostenible, audibles, perforables,  por su lado contrario.  Poniéndose perceptivamente, próximo,  a la única verídica ventana que yace oculta debajo de su obsena obesidad, única.  ¿Cómo se palanquea un chapapote amorfo desgonzado y descompuesto, sin regar las excresencias y la entina? Un "esgarro".  Cualquiera pretendida ceremonia, se arruina de elegancia, con estos bailes de muñon dislocado, al son de mecánicas palancas de traccion manual.  En un vertedero de inmundicias.

 Miradas Refractarias. 16. Gregorio Anduja. 02/24/23. Venezuela. Imagen Red.  GUERRERO.  Ya que ante el fango de las pisadas, ya que entre espigas  hechas carbón, entre trincheras y borracheras, puestas en el brazo por un doctor...  En leves sombras de  madriguera, o en la penumbra de un socavón: El miedo reina, el miedo reina, en todo instante en el corazón. Ya por la madre o la hermanas ciega, porque han llorado mi decisión,  por un amigo de juego y farra, por un amor, por un amor.  Ante el ojo que sobrevuela, ante el zumbido de una explosión, el estallido sembrado en tierra, la muerte de aire no tiene olor. Y la sirena de ajenos lemas, por la defensa de la nación, voy a la guerra, voy a la guerra, a morir joven. ¿Por cuál razón?  Ya tengo traumas de larga esfera, se ha trastornado mi corazón, que inútil suena toda esta guerra, soy un pertrecho, una munición.  ¿Por qué los hombres no se voltean? hacia la sombra que se cree Dios. Y va por ella y va por ella, y así se acaba tanto dolor

 Miradas Refractarias. 14. Gregorio Anduja. 31/05/23. Venezuela. Imagen Red.  CABEZA DE TAPARO.  Así dicen al tapado, al que es duro de mollera, que el aprender lo repela, y es es de la mente cerrado.  Después nos hemos enterado, que hay ritmos y tiempos distintos, que enseñar es laberinto, con accesos muy variados. Cuántos que eran algo tarado, cuando le cogió el gustico, se destapó al infinito y fueron muy destacados. Como al revés que lumbreras, por un error de costumbre, conocieron el derrumbe y frustraron su carrera. El talento hay que pillar, y jugando a la sorpresa, acentuarle en la cabeza, su propia forma de brillar. Pero ya para  cerrar, lo que sí se ve bien malo, es que un hombre ya formado, se negara a pensar. ¿Para qué llevan  cabeza?, si no quiere ni leer, debería de nacer, ya con una calabaza.